VISTA CANSADA O PRESBICIA

El cristalino es la lente natural del ojo y nos permite acomodar nuestra visión y ver con claridad los objetos a diferentes distancias. La acomodación de esta lente se produce gracias a la acción de los músculos ciliares, los cuales controlan la curvatura del cristalino y, en consecuencia, permiten el enfoque correcto. Con el paso del tiempo, el cristalino va perdiendo flexibilidad, haciéndose más rígido, al tiempo que los  músculos ciliares se debilitan. Como consecuencia se produce una pérdida en la capacidad de acomodación dificultando el enfoque de objetos. Es lo que conocemos como vista cansada o presbicia.

La presbicia o vista cansada aparece de una forma gradual y evoluciona con el paso del tiempo. Los primeros síntomas suelen aparecer entre los 40 y 45 años, alcanzando su máxima expresión cerca de los 60 años, donde suele estabilizarse.

Los síntomas iniciales de la presbicia o vista cansada son:

  • Visión borrosa de objetos a distancias cercanas, obligándonos a alejar el objeto para poder verlos con claridad.
  • Necesidad de más luz para poder leer.
  • Fatiga ocular como consecuencia del sobreesfuerzo de acomodar de manera forzada la vista al realizar aquellas tareas que requieren visión cercana como la lectura o la costura.

El tratamiento, de forma clásica, siempre ha consistido en la utilización de gafas de cerca con lentes convexas y una graduación variable de +1 a +3 dioptrías. Cuando, además de la presbicia, existe un defecto refractivo previo como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, será necesario usar unas gafas para lejos y otras para cerca, o bien gafas con lentes bifocales o progresivas. Actualmente existen tratamientos quirúrgicos para la presbicia o vista cansada.